AQUÍ MANDO YO

niño manda más que papáNadie dijo que la educación fuera una tarea fácil, aunque cuando veíamos a nuestros padres, seguro que no notábamos que le dieran tantas vueltas a todo para conseguir la mejor educación. Vivimos en el s. XXI, donde si hay algo que nos sobra es información. Lo que hace que pensemos más de la cuenta en muchas cosas. Aunque también estamos en el siglo de no tener tiempo para nada, vamos a todos los lados corriendo, no paramos a lo largo de todo el día y sin embargo no conseguimos hacerlo todo. Se supone que este siglo íbamos a tener tiempo de sobra iba a ser el del ocio. Pero parece que no es así, tenemos un par de días a la semana para dedicar a nuestro gusto y el resto de la semana, lo pasaremos corriendo para conseguir hacerlo todo. Eso hace que lo que pensábamos sobre educación hace unas décadas ya no vale, ya que la sociedad ha cambiado, ya son muy pocas las amas de casa en comparación ha las que había hace 20 años y a pesar de estar trabajando los dos, parece que nunca se llega a fin de mes. Y ¿Cómo debo educar a mis hijos en esta sociedad? Confiando en ti misma y con esfuerzo mucho esfuerzo.

¿Mandan más ahora los niños que antes?

Estamos acostumbrados a ver programas en la tele de niños que son unos tiranos y unos déspotas. ¿Es esto lo normal?, ¿Por qué pasa esto?, ¿Antes no pasaba?. Ni antes todo era del color de rosa y ahora estamos en el mejor momento. A cada uno nos toca vivir un tiempo y es lo que tenemos que hacer y por lo menos intentar hacerlo lo mejor posible. Desde hace más de 10 años no hay semana que no nos hablen de conciliación en las noticias. Algo absurdo y sin sentido ya que vemos que en todo este tiempo, no se ha conseguido nada y cada año que pasa, es más complicado de conciliar el trabajo y la familia. Una de las razones que hace que muchas personas se replanteen sus intereses y no tengan niños.

Es complicado decir en que momento los niños eran más déspotas, ya que lo único que tendremos será un grupo de casos reducido que no será relevante. Pero, si que podemos saber que la forma de educar suele cambiar con el tiempo, así nuestros padres, fueron educados con mano más dura y con gran fuerza en el respeto hacia los mayores. Esos mismos niños después de haber sido educados estrictamente cambiaron el paradigma y se hicieron más «blandos», más permisivos, cada vez había más consumismo y querían dar a sus hijos lo que ellos no habían tenido, habían salido de una dictadura y querían dar a sus hijos lo que les falto a ellos más libertad. Y ahora tenemos otro caso diferente, los padres están agotados, entre el trabajo, la casa, las distancias, el día a día se va comiendo nuestro tiempo, lo que haga que nos encontremos en que estamos agotados a la hora de educar a los niños, lo que lo hace más difícil. Nos sentimos culpables por que no pasamos todo el tiempo que querríamos con ellos y mucho del tiempo que pasamos, estamos tan cansados que es como si no estuviéramos o como si fuera una obligación en lugar de algo que nos apetece y disfrutamos, con lo que sentimos que les estamos fallando y hay entra la necesidad de darles más y ponerles menos limites. Tampoco debemos los niños tiranos con padresolvidar que nuestro mundo es muy diferente, nuestros padres vieron como el consumismo entraba para quedarse poco a poco, pero nosotros hemos crecido con ese consumismo, la importancia de tener y tener, sabemos lo importante que es para nosotros ese teléfono nuevo, aunque tenemos uno que cubre todas nuestras necesidades, el tener por tener, por símbolo de status, lo vemos como algo no necesario, si no imprescindible. Lo que hace que se trasmita a nuestros hijos con más fuerza que la que vivimos nosotros de niños, además, los anuncios no paran, ya sea en casa en la tele, en los panfletos, por la calle, en las revistas, en el móvil en los vídeo-juegos… Compra, compra para ser feliz, nos dicen a nosotros, pero también a nuestros niños.

No podemos decir que hay algún problema, si no que estamos viviendo otros tiempos, en los que a la familia no se la ve como lo que era en otros tiempos. Y esto hace que los niños vayan cogiendo sus prioridades de su entorno, como hicimos nosotros cuando eramos niños. Así los padres estamos cansados para poner limites, ya que es un trabajo duro, discutir, explicarle, que no haga caso, castigarle, discutir… Frente a un vale puedes o vale toma. Y se acabo todo el problema. Además, queremos que tengan toda esa ropita para que esté guapísimo/a, aunque mucha de ella no lleguemos ni a ponérsela, al fin y al cabo, cuando nosotras estamos tristes, lo mejor es que vayamos a la tienda a comprarme unos zapatos… Pues si sirve con nosotras ¿por que no va a servir con nuestros niños? (notese la ironía).

Conclusión.

Es fácil opinar desde la barrera y meterse en la vida de los demás, lo difícil es hacerlo día a día. Todos sabemos perfectamente lo que tenemos que hacer para educar a nuestros niños aunque no lo creamos. Lo difícil es aplicarlo, creo que todo el mundo sabe que la tele en exceso es mala, que el exceso de regalos y juguetes no tiene nada beneficioso para los niños. Sabemos que tenemos que poner limites y que no pasa nada por castigarle y hacer cumplirlo, como han hecho con nosotros cientos de veces. Pero no es fácil, cuando tenemos que luchar con sobrevivir nosotras mismas a la vez. Lo que está claro es que el amor y el cariño no está reñido con una buena educación y es algo que nunca deberá faltar. Como siempre digo yo, si conseguimos inculcarle empatía a nuestro niño, todo irá perfectamente, ya que es la forma que tenemos las personas de no poder hacer daño a los demás, de tener buenas relaciones sociales, de ser una persona constructiva en vez de destructiva.

 

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