Todos tenemos ideas y opiniones (como decían en una película que no recuerdo, «las opiniones son como los culos, todos tenemos una, lo que no quiere decir que todas huelan bien«) bromas a parte, los padres somos los responsables de la educación de nuestros niños, nosotros y solo nosotros, es cierto que la televisión, Internet, los amigos, tienen un gran peso en la educación de cualquier persona, pero para eso estamos los padres, para explicar y que entienda el mundo que les rodea, que sepa que la televisión, es un producto que busca ganar dinero, si nadie se lo dice nunca, seguramente nunca se de cuenta y piense, que suerte, la tele es gratis, «cuando te dan algo gratis, es que tu eres el producto.» Somos responsables de hacerles pensar y de decir la verdad, pero, hasta que punto, los niños se enteran cada vez antes de quienes son en verdad los reyes magos y papá Noel, y ahora hay una corriente que defiende que los niños deben saber la verdad desde el principio, que no es bueno mentirles. Veamos que podemos decir de esto.
Ya llegan los reyes magos y Papá Noel.
Le he preguntado a mis padres y me han dicho que yo me enteré sobre los 8 o 9 años, además han añadido que era de los últimos en saber la verdad. Es cierto que ya llevábamos unos años preguntando y pidiendo la verdad y mis padres fueron capaces de cubrir a los reyes magos para que tardase el máximo tiempo posible, también me han dicho que mucho lo hacían por ellos, por la sensación por mantener un poco más la inocencia de sus niños y disfrutar ellos mismos de la noche y de los días previos con nuestra ilusión.
Yo la verdad es que no he salido muy mal, en mis padres la sinceridad siempre ha sido muy importante y se le ha dado un gran valor y que mantuvieran a sus majestades y a Papá Noel en mi imaginación, no ha hecho que pensara que mis padres fueran unos mentirosos, ni que pudiera hacerme un mal desde luego.
En mi opinión, me alegro que fuera así, la vida es dura y tener fantasías y sueños es importante para todos, pero para los niños son fundamentales, el problema es que las fantasías de hoy en día son algo complejas, inducidas por series de televisión violentas, juegos violentos, con gran carga sexual hasta en anuncios de hamburguesas, son los ingredientes que crean la fantasía y el sueño de los niños.
Mentir o no mentir.
Dicen que ahora hay muchos niños que a los 5 años ya son muy conscientes de la verdad. Algo que me parece más que precipitado. El problema es ver ésto como una mentira, sin hacer distinción entre mentiras. Cuando alguien habla de una mentira, da lo mismo lo que sea, lo importante es la mentira. Nada más lejos de la realidad, no todas las mentiras son iguales, ni tienen los mismos fines. De hecho, Hay muchos tipo de mentiras y hay algunas que son muy necesarias. Un ateo se encuentra en el lecho de muerte con su abuela y esta está con miedo, ¿Estaría mal decirle que hay un Dios y que todo irá bien? ¿Aunque piense que no hay un Dios? Y esté mintiendo descaradamente, desde luego un aliento de esperanza no viene mal, desde luego es un caso extremo, aunque podemos encontrarnos miles de casos en que la verdad no es buena, si no necesaria. No se puede decir generalizando que la mentira es algo malo. Hay mentiras buenas (aunque son las que menos se usan.)
De otra forma, podemos ver como la verdad y la mentira dependen totalmente del punto de vista de cada cual. Ya que parte del punto de vista del que la dice. Así por ejemplo, el ateo (o al revés para darle la razón a un ateo antes de morir) Está mintiendo por que cree en una realidad, o Dios existe o no existe. Aunque es una respuesta que a pesar de pensar que mentimos podamos estar diciendo la verdad justo cuando creemos que mentimos, ya que por muchas vueltas que le demos, nadie ha vuelto de la muerte para decirnos que hay. Muchas veces si lo pensamos en verdad no sabemos si estamos mintiendo o diciendo la verdad, ya que somos nosotros los que desconocemos de verdad algo.
¿Qué ganamos o perdemos?
Como decía antes, es una decisión personal y debemos respetar que un padre quiera ocultarlo, o que quiera que su hijo no crea en los reyes magos o en el producto de Coca-Cola que es Papá Noel. Yo creo que no hay nada de malo en que los niños crean en éstos personajes durante varios años, ya que es una ilusión y un sueño que les hace disfrutar y vivir experiencias que no tendrían de otra forma.
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