Desde el parto, comienza una tarea que durará prácticamente el resto de nuestra vida, nos toca educar a nuestro niño. Y entonces es cuando comienzan a surgir dudas y más dudas. Aunque hay muchas cosas que tenemos muy claras. Normalmente, nos solemos basar en nuestra experiencia, lo que hemos vivido bueno, queremos que ellos lo vivan y lo que nos ha hecho daño, queremos evitárselo a toda costa. Además, no todos consideramos lo mismo ser un niño educado, es el que dice gracias, el que se está totalmente quieto cuando se lo decimos, el que no incordia nunca, el que obedece todo… Cada padres buscaran una serie de objetivos que se marcaran como principales. Y luego otros secundarios, que no daremos tanta importancia. Así por ejemplo (hablo en mi caso propio, por que es el que mejor conozco) Lo primero para mi, es que no peguen, la violencia está siempre injustificada, que sepan diferenciar los momentos, si estamos jugando puede hacer el tonto hasta cierto punto, pero si tenemos que hacer algo serio, debe saber diferenciar y estar en cada situación. El problema, es que en muchas ocasiones, cuando miremos a nuestros niños, por nuestra cabeza pasarán las palabras ¿Estoy educando bien a mi niño? Algo difícil de analizar ya que cada niño es diferente y nuestras expectativas también. Aunque es lo más normal que cuestionemos nuestros actos como padres.
Educando.
Como bien viejo proverbio dice, «la educación, es la mejor herencia que le puedes dejar a tus niños.» Todos entendemos por ella, el conocimiento, las costumbres, la actitud hacia los demás y hacia la vida que hemos aprendido durante nuestra infancia. Como bien sabemos, la labor de los padres es educar a los niños, así como la de los profesores, es enseñar trasmitir una serie de conocimientos considerados importantes.
Según la RAE, Educar:
Dirigir, encaminar, doctrinar.
Desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales del niño o del joven por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos, etc. Educar la inteligencia, la voluntad .
Enseñar los buenos usos de urbanidad y cortesía .
Por supuesto, lo primero que me llamo la atención al buscar educar, es el concepto «doctrinar» (inculcar a alguien ciertas ideas y creencias.)
Los niños, no son ordenadores donde haya que instalar un programa para funcionen de acuerdo con la educación que recibieron los padres. Y aquí radica el gran problema de la educación. Nosotros no debemos hacer clones nuestros, no debemos dirigir a ningún sitio, no debemos adoctrinar a los niños. Lo único que debemos hacer, es mostrarle el mundo. Tan solo hay algo que deben desarrollar los niños durante los primeros 10 años de vida. La EMPATÍA. Una persona que empatica, nunca hará daño a otra, ya que él mismo sufriría, respetará a los demás y aunque no comparta las visiones de los demás, tan solo intentará ponerse en el lugar de los otros para entenderla. Aunque no coincida.
La empatía conlleva toda la educación del mundo, ya que simplemente, es respetar a los demás.
Pero, ¿lo estoy haciendo bien?
La verdad, es que hay una forma muy sencilla de comprobarlo. Y que no nos va a costar nada de tiempo. De hecho, ya lo sabes, pero a lo mejor no lo quieres ver. Habrás leído hasta la saciedad, que los niños aprenden por el ejemplo, no por palabras. Tan solo, tienes que ver que imagen tiene tu niño de ti. Si tu niño come con vosotros todos los días, y vosotros, os sentáis en la mesa y os comportáis de forma correcta durante 15 años. Aunque el niño, en casa haga alguna vez el tonto. Es muy consciente de que si esta con gente que no tiene confianza (todos menos sus padres) debe comportarse como ellos lo hacen.
- Si tu niño ve que siempre que nos dan algo o nos ayudan decimos gracias de forma natural. No tendremos que decirle nada a nuestro niño sobre decir gracias. El mismo empezará a hacerlo y lo hará de forma normal, por que es lo que ha visto en su modelo principal. Otra cosa es que el niño sea vergonzoso y no lo diga por vergüenza.
- Si cuando conducimos, nos ponemos a gritar por que alguien va lento o lo que sea, el niño aprende.
- Algo que no nos damos cuenta y que parece que está aumentando con los años (no me preguntes por que). Es las críticas a los demás. Yo creo que desde que empezaron los programas del corazón con ese «Que me dices«. Somos muy dados a criticar lo que hacen los demás riéndonos de ellos. Parece que es una tontería, ya que estamos tan acostumbrados a criticar la mínima cosa que lo vemos del todo normal. Es fácil que veamos la paja en el ojo ajeno. Pero, lo que nuestros hijos tienen que aprender, es a mirarse sus propios ojos y solucionar sus problemas, que de los demás, ya se encargarán sus padres. Y por supuesto, aunque creamos que si, nunca sabemos por lo que está pasando o lo que ha vivido la otra persona. Estas burlas, críticas, son un arma directa contra la empatía del niño. Hazlo si quieres, pero cuando estés con adultos. Seguro que te suena que los primeros signos de acoso escolar, son burlas en la mayoría de los casos, muy parecidas a las que puede hacer una persona de 25, 30, 40… años de edad. Hacemos lo mismo en el trabajo, con los amigos…
- La cuestión es que la educación, no ocupa 10 o 15 años, ya que el ser humano, o por lo menos así debería ser, no acaba de aprender. Cuando creemos que lo sabemos todo, es el momento en que se acabo el aprendizaje. Ya que perdemos toda curiosidad y empatía al conocimiento.
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