Por desgracia, las mentiras no son solo del mundo adulto. De hecho las mentiras surgen a una edad muy temprana y como en todo. Cada niño tiene su punto de vista y su forma de tratar el tema. En «los niños y las mentiras» vamos a tratar de conocer el momento en que los niños comienzan a mentir así como las causas más comunes que podemos encontrarnos a la hora de decir mentiras. Y algunos consejos para tratar con nuestro niño y conseguir que sea un niño sincero.
¿Qué es la mentira?
En verdad como ya decía Socrates, todo es relativo. No tenemos la verdad absoluta. Y lo mismo nos pasa con la mentira. Todos somos conscientes de que mentir está mal. Al fin y al cabo es cambiar la realidad ante otra persona. Pero, seguro que si pensamos un poquito, encontraremos en algunos casos en los que las mentiras pueden ser buenas. Están las que conocemos como mentiras piadosas. Las cuales buscan hacer menos daño a los demás. Sin tener para nada un objetivo maligno.
Aunque en este caso, estamos hablando de la mentira en los niños. A los cuales les cuesta un poco más discernir entre los diferentes tipos de mentira. Es importante que trabajemos con nuestros niños las mentiras y por que no debemos utilizarlas.
¿Cuándo y por qué empiezan a mentir los niños?
Aunque no podemos generalizar cuando hablamos de un tema tan amplio. Podemos decir que al rededor de los 18 meses, el niño es capaz de discernir que está diciendo o expresando una realidad totalmente errónea. Y el fin de la mentira, puede ser ocultar algo. Lo más común en la edad adulta. Aunque no tienen la malicia ni la capacidad para hacerlo de forma muy convincente (alguno nos puede sorprender).
¿Qué las provoca?
Cada niño tiene una mente diferente y aunque nos parezca que con 2 años no tiene muchas capacidades. Estamos equivocados. El cerebro de los niños está preparado para asimilar información mucho más eficientemente y rápido que el de cualquier adulto. Y las mentiras no es un secreto para ellos. Aunque su poca experiencia les jugará malas pasadas.
Son pocas las causas más comunes por las que los niños pueden mentirnos. Aunque si nos fijamos en casos concretos podemos encontrar una gran variedad en los motivos, entre los que podemos destacar.
Ocultar algo por temor a las represalias: Es la mentira más común entre los niños y la más natural. Cuando han hecho algo malo y les da miedo que nos enteremos ya que piensan que les podemos castigar, o simplemente enfadarnos. Algo que aunque nos pueda sorprender, a nuestros niños no les gusta nada que sus padres se enfaden. Sintiéndose decaídos aunque en muchas ocasiones no lo demuestren. Las primeras mentiras, serán vagas y poco definidas. Será el tiempo y la practica los que le ayuden a aprender a mentir.
Otra causa muy común es la vergüenza. Si no quieren que nos enteremos de algo, pueden llegar a mentirnos.
Por imitación. Ya hemos hablado en muchas ocasiones de la importancia para los niños de la imitación hacia los padres, profesores… El observar como sus padres mienten, es uno de los motivos que más potencian al niño que se convierta en un mentiroso. Es muy importante que le inculquemos unos principios de honestidad y de sinceridad. Y si nosotros mentimos, no hacerlo delante de nuestro niño. ¿Cómo le vamos a exigir después que no nos mienta a nosotros?.
Hay que saber diferenciar muy bien y saber que la mentira no es un sinónimo de la imaginación del niño. Una cosa es imaginar mundos curiosos o cosas que no han pasado y otra muy diferente es mentir sobre algo intencionadamente.
¿Qué hago?
Evidentemente cada caso es diferente. Por lo general, los niños juegan con las mentiras durante una fase. Probando e incluso intentando llegar más lejos. Pero, no consiste más que en una fase. Con lo que no debemos hacer nada especial.
Los más complejos son los niños que mienten por todo y llevan ya meses haciéndolo. Es cuando debemos empezar a pensar en hacer algo serio.
Es muy importante que los niños conozcan el valor de la verdad. Para ello debemos trabajar varias partes del niño. Primero la empatía, debe saber como se pueden sentir los demás cuando les decimos mentiras. Y después la ética y la moral.
La integridad y los principios morales, empiezan a muy temprana edad y si no los potenciamos desde los primeros años. Podemos darlos por perdidos el resto de su vida. Debemos enseñarle la importancia de asumir los actos de cada uno y aunque suene un poco vulgar «A lo hecho pecho». Debemos elogiar los esfuerzos de sinceridad por su parte.
No olvidemos nunca las mentiras piadosas, las cuales no tienen nada que ver con lo que estamos tratando en este momento. El decir que la tía del pueblo le cae muy bien, aunque no pueda ni verla… Es un recurso bueno y que se debe utilizar en su justa medida.
La primera causa de niños mentirosos, como siempre es a raíz de los padres. Ellos imitan y nos toman como ejemplo, cuantas veces hemos visto a una madre decir una mentira que debe ratificar el niño. Para no tener conflicto con el padre, la madre (o el padre) puede contar, dile a mamá/papá a que te lo has comido todo muy bien. Cuando no es verdad, el niño está viendo que es bueno y normal mentir a un padre. Muchas veces lo hacemos sin darnos cuenta y no sabemos las consecuencias que puede tener en el niño. Pero ese aprendizaje será fundamental en su futuro.
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