Es una enfermedad bastante extraña en adultos, y corriente en niños y después de los 12 años de edad es extraño que el niño sufra escarlatina, se caracteriza por su fácil contagio y una serie de síntomas muy fáciles de reconocer, en el post de hoy aprenderemos a reconocer la escarlatina y sus síntomas en los niños. Por que cuanto más conozcamos, seguro que menos nos preocupamos. Aunque ya sabes, que debe ser nuestro médico quien nos asesore y nos diga lo que tenemos que hacer ante cualquier problema de salud de nuestros niños.
Qué es la escarlatina.
Hubo una época en la que la escarlatina era uno de los motivos de muerte entre los niños, (antes de los antibióticos), aunque por suerte este tiempo ha pasado, gracias a un tratamiento a base de penicilina la escarlatina ha pasado a no tener ningún riesgo.
La enfermedad infantil es causada por una bacteria del tipo exotoxina (bacterias o tóxinas externas al cuerpo, que al entrar dentro de el producen una serie de cambios y daños en el correcto funcionamiento de los sistemas del niño.)
Encontramos dos nombres para definirla, escarlatina o fiebre escarlata, los dos igual de validos. Los niños pueden sufrir la enfermedad hasta tres veces diferentes ya que son 3 las bacterias que la provocan.
Los síntomas de la escarlatina.
Es una enfermedad que se reconoce fácilmente por una serie de señales muy particulares, los síntomas de la escarlatina son:
- La primera señal es una infección en la laringe provocando así una alteración en las amígdalas del niño y de la garganta en general.
- Esto provoca una subida de fiebre en el niño, que suele estar entre los 39 y los 40ºC, por ello también se la conoce como fiebre escarlata.
- El síntoma más característico de la escarlatina es la aparición de una erupción por toda la piel de color rojizo, empezando en la cabeza, el cuello y pasando después al pecho, a la barriga y al resto del cuerpo. Suele salir después de medio día o hasta 3 días después de haber empezado con la fiebre, y antes de 2 días y medio el niño estará cubierto por toda la piel. En el único sitio donde no suelen aparecer es en las palmas de las manos y en las plantas de los pie.
- La lengua del niño se vuelve de un color rojizo y como rugosa.
Otros síntomas:
Otros síntomas que podemos apreciar ante la escarlatina pueden ser:
- Mal estar en el sistema digestivo del niño, con inapetencia, vómitos…
- Dolores fuertes de cabeza.
- Temblores.
- Agotamiento general.
A quien afecta la fiebre escarlata.
Es una enfermedad que normalmente afecta a los niños menores de los 12 años, ya que según vamos creciendo el cuerpo por lo general crea los anticuerpos necesarios para contrarrestar la bacteria que provoca la escarlatina. Afecta de igual manera a niños que a niñas, y la edad más común para sufrirla es entre los 4 y los 8 años de edad.
El contagio se produce por el aire y la bacteria suele entrar en el cuerpo a través de las vías respiratorias del niño, es una enfermedad típica de los primeros años del colegio y poco habitual en las guarderías, aunque se puede dar el caso.
También pude aparecer después de una enfermedad fuerte o incluso por que se infecte una herida.
Es una enfermedad infantil, aunque en algunos casos también puede padecerla personas adultas, aunque es menos habitual ya que el cuerpo con la edad genera sus propias defensas para combatir contra la bacteria. Por ello la escarlatina en adultos tiene un mayor riesgo que si se pasa de niño, aunque por lo general no suele tener ninguna complicación.
El diagnostico y el tratamiento.
Para diagnosticar la enfermedad infantil, lo más indicado es un análisis de sangre, el cual nos lo solicitará el médico si observa los clásicos síntomas de la escarlatina. Fue en el año 1924 cuando el matrimonio Dick, creo el test de Dick por el cual se podía detectar, además desarrollaron una vacuna muy efectiva, que más adelante dejo de usarse con la llegada de la penicilina.
El tratamiento es a base de antibióticos, y no suele tener ningún problema en desaparecer, debemos estar vigilando si el niño ha estado expuesto a otros niños que estén contagiados o que sufran los mismos síntomas. Ya que, aunque el niño esté sometiéndose al tratamiento, durante un periodo de tiempo podrá contagiarla.
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